sábado, 8 de diciembre de 2007

TEOTIHUACÁN



Quizás es uno de los lugares arqueológicos más visitados en México debido a su magnificencia.

La Ciudad de Teotihuacán se extiende más allá de los límites de la actual zona arqueológica. Los antigüos barrios residenciales aún sin excavar llegan hasta los pies de las montañas. La Calzada de los Muertos constituye el eje principal de la Ciudad, trazado de manera perpendicular el Río San Juan.


















El cuadrante del Sureste hospedó a la que es actualmente la estructura más sorprendente de Teotihuacán: La Ciudadela.

Dentro de ésta plataforma cuadrangular, coronada por pequeños basamentos piramidales, se encuentra el Templo de la Serpiente Emplumada que tiene, descansos decorados con esculturas policromadas de serpientes emplumadas cuyas cabezas salen de las paredes. Sobre los cuerpos de los reptiles, rodeados de símbolos acuáticos, fueron colocados unos mascarones.
















La Pirámide del Sol, domina el lado oriental de la Calzada; mide 63 metros de altura y tiene una base cuadrangular de cerca de 220 metros de largo. Fue construida sobre una gruta-santuario. Basamentos piramidales en los que puede verse claramente la arquitectura teotihuacana.

















Superior pórtico del patio central del Palacio de Quetzalpapálotl. Tiene pilastras esculpidas que sostienen un techo pintado y decorado con relieves que forman los símbolos del año.

















La mole de la Pirámide de la luna, domina la plaza del mismo nombre. Dentro de la estructura fueron hallados recientemente importantes ofrendas.



En estas pinturas murales del Patio de los Jaguares portan tocados de plumas y aparecen caracoles emplumados.



















Es probable que la interrupción de algunas rutas comerciales haya dañado la economía de la Ciudad, en gran parte dependiente del comercio con zonas lejanas; el aumento de la icografía de carácter militar hace suponer la existencia de tensiones sociales y tentativas por parte de la élite teotihuacana de mantener el poder por la fuerza.

Alrededor del 750 d. C., muchos de los edificios del centro monumental fueron incendiados y Teotihuacán perdió para siempre el lugar prominente que había tenido hasta entonces en el panorama político mesoamericano. No obstante, al menos durante doscientos años más, siguió siendo el principal asentamiento del Valle de México y fue ocupada por pueblos provenientes del Norte. Después del año 1000 d.C. la ciudad fue definitivamente abandonada y comenzó a cobrar un papel fundamental en la mitología mesoamericana.